Hoy en día, las salidas laborales son trabajar para alguien, por cuenta propia o ser funcionario. Todas ellas tienen sus ventajas y sus inconvenientes. No voy a describirlos, cada uno tiene su visión de ellos. Solo hablaré de mi caso particular.
Cuando empece a trabajar, en 2007, lo hice contratado por una empresa, con un buen salario, pero no podía hacer nada para cambiar los errores que veía día tras día. Mi deber era atender pacientes con problemas auditivos, en varios centros de la empresa. Aunque intenté hacerlo siempre el mismo día, la gente no espera a resolver su problema hasta el día que acude el técnico. Pasan dos cosas o se va a la competencia o espera muy enfadado, cosa que da muy mala opinión.
Pasados unos años, en 2009, con la ayuda de mi mujer buscamos un local, lo arreglamos y empezamos juntos un proyecto bien montado, por cuenta propia. La idea era estar siempre disponible, en una sola ubicación. En vez de cada día en un sitio diferente, como hacía antes. De los pacientes que tenía, muchos siguieron conmigo, otros no. Pero con el paso del tiempo han venido más de nuevos, que a la vez han traído a muchos más. Ha sido como un árbol que crece con el tiempo.
La cosa no ha sido fácil, empezar fue duro. Sueldo bajo, pérdidas en la empresa. Pero con el paso de los años todo ha mejorado. En los últimos años los beneficios van compensado las pérdidas de ejercicios anteriores y mi sueldo ya es más justo. En mi opinión, si no hubiese dado el paso de trabajar por cuenta propia seguramente tendría unas condiciones laborales mucho peores de las que tengo actualmente. Desde aquí quiero animar a todas las personas que tienen un proyecto, que saben hacer algo muy bien,... que se hagan autónomos y tiren adelante por su cuenta. Tanto si están en el paro como si están en un trabajo para alguien.
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